Cables de alta calidad de una de las marcas más reconocidas del medio.
Lo he dicho antes y lo digo de nuevo. Hablar de cables es muy complicado. Si hay una mejoría, muchas veces es marginal y apenas apreciable. Peor aún, cuando existe dicha mejoría, lo más probable es que el lector se muestre escéptico. Curiosamente, cuando la mejoría en sonido o los simples cambios en el mismo son más pronunciados, algunos escuchas optan por ignorarlos y confirmar que "ellos no escuchan ningún cambio". Curioso esto de los cables, ¿no?
Cómo tolero y admito este escepticismo, me permito ser también yo escéptico en correspondencia y, en dicha posición, me suelo atrever a plantear 2 preguntas a quienes niegan que “los cables hagan alguna diferencia”. La primera es: ¿qué cables has probado en tu sistema? Y, la segunda, ¿qué sistema tienes? La primera pregunta se explica sola. La segunda no es, para nada, un intento de mostrar una supuesta superioridad de mi sistema sobre el de otro, simplemente me interesa conocer los componentes, a efectos de determinar si se trata de un sistema que permite una buena resolución o no. Después de todo, mi sistema tampoco es lo que se podría considerar High End y, en muchos casos, creo que no me darían el carnet de HiFi tampoco.
Ya entiendo que todos tenemos circunstancias y presupuestos distintos. Lo que no entiendo es que, teniendo oportunidad de adquirir un buen par de cables, nos cerremos en el escepticismo y no toleremos el probar cosas nuevas. Después de todo, ¿qué es lo peor que podría ocurrir? Os lo adelanto: Tener que desembolsar unos cuantos euros por un cable nuevo. Vamos, que tampoco es para tanto. Lo que tal vez sea mas duro será tragarse el orgullo y admitir que, en realidad, los cables marcan diferencias.
Habiéndonos aburrido (o irritado) ya bastante con esta introducción, pasemos a materia. Gracias a Francisco de Audiohum quien, amablemente, me ha permitido probar algunos cables de la afamada casa Tellurium, específicamente, he recibido una pareja de cables de altavoces Black II, un cable USB Black II y un conjunto RCA de la misma línea. Una excelente alineación y justo lo que me hacía falta para integrar el recién llegado Eversolo Z-8 al equipo, ¿coincidencia?
Por adelantarnos algo, Tellurium divide sus cables por familias: la Blue, la Black y la Silver. La familia Black, a la que pertenecen los cables que me han sido cedidos para esta reseña, está caracterizada por su equilibrio. Se les considera como cables que permiten complementar sistemas que son demasiado resolutivos, al extremo de un sonido frío y analítico en exceso, lo que causa fatiga en quien escucha. Esta cualidad de “equilibrar” estas durezas supone que los Black tienen una gran capacidad de presentar un sonido coherente y bien balanceado, que refina la presentación.
Los cables, al tener distintas aplicaciones, tienen construcciones diversas. A efectos de aclarar la exposición, los abordaré por separado para, posteriormente, hablar de cómo el conjunto cambio el sonido percibido a través de mi sistema.
Construcción.
Una nota inicial, útil tanto para quienes conocen la marca como para quienes no. Tellurium Q no revela los materiales utilizados en la fabricación de sus cables. Así que esa información no está disponible.
Los cables de altavoz Tellurium Q Black II para altavoces son particulares. Son curiosos en cuanto a que presentan un diseño plano. No es que no hubiera visto un cable plano antes, es que no había visto uno tan bien hecho. A razón de que mi McIntosh es más viejo que un bosque y lleva terminales para espadas con unos bonitos tornillos, Francisco me hizo favor de enviarme unos con configuración Banana/Espada.
Lamentablemente la espada que utiliza Tellurium es muy grande, así que ese extremo acabó en los terminales de los altavoces y la banana se acopló al McIntosh vía un adaptador sin ningún problema, qu es la manera en que puedo utilizarlo con cables de terminación espada tradicionales.
Los cables son flexibles y se nota su buena manufactura. Las conexiones se sienten sólidas y las terminaciones son más que adecuadas. Vamos, es un cable de calidad y sin florituras. Pero no os dejéis engañar por su aspecto más utilitario, es un monstruo de rendimiento. Pero, sobre estos detalles, hablaremos en la sección de "como suena".
En cuanto a los cables RCA, la calidad también me pareció excelente. Con cuantos más cables me encuentro, más detalles y “secretos” sobre su construcción voy conociendo. Os diré una cosa: Tellurium sabe todos los trucos del libro y los aplica con maestría. Siempre es agradable encontrarse con productos bien hechos.
Los cables Black II de interconexión RCA utilizan unos sólidos conectores con las iniciales TQ, propietarios de la casa y con una calidad muy alta. La terminación es inmejorable y los cables ofrecen una sólida conexión y un muy agradable tacto y vista. Más aún, los terminales se desenroscan para conectarse y, posteriormente, pueden ser enroscados para que el cable quede más seguro al conector. Esto no solo garantiza mejor conexión, sino que impide una desconexión accidental de uno de nuestros RCA. Excelente detalle.
Con una estética más cuidada que los cables de altavoz, al añadir una funda PVC. Este recubrimiento exterior es una reciente mejoría con respecto a los Black en su versión anterior. Se agradece el toque de diseño y atención que otorgan, claramente, un acabado más cuidado a los cables.
Por último, el cable USB presenta, al igual que sus compañeros, excelentes acabados y conectores. Con los detalles bien impresos y siempre muy cuidados. El diablo está en los detalles, o eso dicen. Y si, Tellurium no deja pasar nada desapercibido.
Excelentes previsiones para eliminar vibraciones mecánicas han sido incorporadas a la creación de estos cables. Buenos materiales y buena construcción aseguran, en última instancia, buenos resultados.
En resumen, construcción sólida, buenos materiales y acabados, trucos aplicados a su construcción y, en última instancia, la incógnita con respecto a los materiales que componen, en sí, el cable. Sigamos.
Como suenan.
Nuevamente, vayamos paso a paso. Comenzando por los cables de altavoces, que fueron los primeros que incorporé al equipo. Los utilicé en conjunto con unos altavoces TAGA Platinum B40 V.4. y, al otro extremo, el amplificador McIntosh MC502. Las fuentes fueron variadas pero incluyeron tanto streaming como vinilo y CD.
Quienes tuvieron la fortuna de escuchar la versión original del cable, el Black (sin números romanos) acusan una notable mejoría entre esta versión subsiguiente y el ya mencionado. En realidad, teniendo únicamente cables muy distintos para comprobar su funcionamiento, me queda la tarea de realizar, prácticamente desde cero, una evaluación de los detalles que logro percibir de los mismos. Escuché música muy variada y, para no alargar esto más de lo necesario, me centraré en los detalles que descubrí a través de los altavoces una vez utilicé los Black II.
Comenzaré por decir que los altavoces TAGA tienen un sonido muy potente y, ciertamente, con un peso específico importante en términos de representación de las frecuencias graves. Esto es positivo por que, al ser monitores de reducidas dimensiones, la profundidad del grave no algo que te esperes y, segundo, con esta potencia y peso llenan fácilmente la estancia más grande de casa, donde he realizado las pruebas. Una cosa que si que ocurre, es que ante esta buena representación de graves y el tweeter que está diseñado para llenar el extremo contrario del espectro, los medios requieren un pequeño "apoyo" para destacar cuando la música se inclina mucho hacia el bass. Los cables Black II han desarrollado una sorprendente tarea de "corrección" (nótense las comillas) a efectos de suavizar el efecto que causa que el rango medio (específicamente las voces) queden ligeramente reducidas a un segundo plano que, si bien es un efecto muy sutil, es lo que ocurre con la acústica de mi sala si los altavoces no están perfectamente posicionados. Los Black II me han permitido ser más liberal con la posición de los altavoces y rescatar ese detalle que, en otras circunstancias, es secuestrado por los demonios de la acústica. No me gusta generalizar pero creo, dada mi experiencia, que los Black II sirven como un "látigo" que logra domesticar los ligeros desequilibrios que percibimos en nuestros sistemas.
Para el cable USB, la opción se redujo a incorporarlo entre el streamer, mi Bluesound Node y el DAC recién llegado, Eversolo Z-8. Reemplazó al cable original de Eversolo, que venía con el DAC. El cable original del Eversolo no es malo, pero tampoco es un cable de altas prestaciones. Se trata de un "bonito" cable USB, sin más. Su funcionamiento es adecuado, pero no cuando se trata de ampliar los detalles de la grabación que estamos escuchando a través de el, ni de presentar un escenario coherente y bien definido. El Black II vino a solucionar estas limitaciones con mayor autoridad en cuanto a la presentación se refiere, dotando a la imagen de más definición y separación de instrumentos. Igualmente, noté especial mejoría en el espectro dedicado a las frecuencias graves, que se vieron beneficiadas por una mayor definición y control. Es un gran cable, lo puntuaría muy alto en la escala de los que he probado, tan sólo puedo imaginar, por ahora, las diferencias que aportarían los cables USB de la línea Silver.
Por último, el cable RCA fue, tal vez, el que más trabajo realizó, pues lo probé en distintas posiciones. Primero como cable entre la salida del previo de Phono (varios de hecho) y el Previo McIntosh C504. Luego lo utilicé entre el previo y el amplificador y, por último, entre el DAC y el Previo. En todas las instancias, el RCA de Tellurium tuvo un rendimiento positivo. Presentan, al igual que el resto de la línea Black, una tonalidad muy balanceada y con excelente detalle. Nuevamente noté esta tendencia a "balancear" el sonido del equipo haciéndolo muy equilibrado. El cambio en el escenario era hacia la definición y espacio, conservando las posiciones de los distintos instrumentos. El cable a su vez, está muy bien construido y aislado, por lo que no introdujo ruidos ni zumbidos de ningún tipo en las distintas posiciones. Disfruté mucho de el en la sección de phono, pues realzó el detalle del sonido del previo Qualiton con su sección de válvulas. Una excelente combinación si me lo preguntan.
Conclusiones.
La línea Black II de Tellurium es una colección de productos de alta fidelidad con excelentes prestaciones. El solo hecho que la línea entera conserve un perfil de sonido similar habla de la dedicación de la gente de la compañía, en especial de Geoff Merrigan, por crear cables de calidad y su preocupación por que estos incidan positivamente en el sonido de los equipos de alta fidelidad de sus clientes.
La construcción y materiales (los que podemos ver, claro está) son de primera calidad. La presentación de los cables es buena y los resultados, nuevamente positivos. Los precios, si me permiten dar mi opinión al respecto, son muy competitivos y con un valor positivo para el cliente que los adquiere, hablando del factor Coste/Beneficio.
Mi favorito fue el USB, por la claridad con que presentó un cambio sobre un cable "normal". El RCA lo disfruté mucho también y, el cable para altavoz, me pareció muy útil para quien busca "domar" los pequeños gremlins que pudieran aparecer en términos de balances en el sonido de su equipo. En última instancia, los cables "hay que escucharlos" y hay que escucharlos en el equipo propio, con paciencia y una mente abierta.
Estoy seguro que, quienes den una oportunidad a los Tellurium Q Black II, acabarán incorporando alguno, o todos ellos, en su sistema.
Dónde comprar.
AudioHUM es el distribuidor de Tellurium Q en España. La totalidad de sus productos están disponible a través de su web o en su tienda física, ubicada en Calle Avellano 21, 14006 Córdoba, España.
Los cables, al momento de la reseña, tienen los PVP siguientes (el precio varía con la longitud, se consideran siempre las menores longitudes para los precios expuestos a continuación):
Tellurium Q Black II cable altavoces: € 225,00
Tellurium Q Black II RCA: € 375,00
Tellurium Q Black II USB: € 395,00
Galería.
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